Mi papá es mi pastor, todo me faltará

pastTengo dos hijos varones.  Preciosos e inteligentes. Están creciendo, y una de mis preocupaciones es que no crezcan como religiosos, alejados de Dios y frustrados de la iglesia.    En algun momento, hoy más que nunca he llegado a un par de conclusiones:  1. La vida dentro de la iglesias no es el cristianismo total.  2. Dentro de las iglesias hay un fuerte deseo por el ministerio, no importando la familia.

El pastor Romeo escribió un artículo que quiero copiarlo aquí:

El título arriba mencionado trata de enfocar lo que muchos chicos y chicas hijos de pastores experimentan. Ha oído usted el dicho. “hijo de pastor lo peor”. Y aparentemente esta leyenda urbana (o ¿leyenda eclesial?) pasa a ser de leyenda a profecía. Es curioso como la gente de la iglesia trata a los hijos de los pastores. Este fenómeno de rebeldía es ¿porque el ambiente de su casa promueve una conducta rebelde, o es porque Satanás tiene como blanco favorito a los hijos del pastor o son una expresión de rebelión a las injustas demandas que una congregación les impone a los hijos de pastores? Oiga lo que dice un hijo de pastor: “Uno de mis primeros recuerdos de la iglesia es estar sentado en una de las bancas de cedro adelante. Por alguna razón, a los hijos de predicadores y pastores nos sientan siempre adelante. Alguien en algún tiempo tuvo brillante la idea de hacer pensar a los demás que mientras mas adelante se sienta uno en la iglesia más “santo” o mas “cristiano” es.

He visto como pastor a muchos hijos de pastor incluyendo el mío a muchas hermanas y hermanos decir esto: “¡¡Fulanito, te tienes que portar bien porque tu papá está predicando!!”.
Y a pesar de haber pasado el tiempo aún no entiendo lo que la hermanita le estaba tratando de decir a mi hijo. ¿Qué?, ¿quiere decir que si su papá NO estaba predicando entonces se podía portar mal? No quiero sonar poco brillante pero ¿qué tenía que ver el hecho que un papá estaba predicando con que su hijo se portara bien? Acaso ¿no nos debemos portar todos bien todo el tiempo no importando quién esté predicando? ¡He allí los grandes misterios de nuestro universo!
Yo creo que no hay mucho misterio. Creo que es obvio el problema serio que afrontamos como iglesia con aquellos que son hijos de “Líderes” o “Pastores”. Al mismo tiempo, no quiero poner el problema fuera de proporción. Hay muchos hijos de líderes cristianos que no han tenido la clase de problemas de rebeldía que generalmente se les atribuyen. Han tenido problemas, si, pero no han llenado el perfil que generalmente (y muchas veces erróneamente) se le atribuye a los hijos de pastores.
Quiero ser claro aquí, yo se que yo que hay chicos hijos de pastores que no son merecedores de diplomas por mejor comportamiento. Hay niños que no necesitan oración, ¡creo que necesitan liberación! Solo pregúntenle a sus maestros de Escuela Dominical o a los compañeros de ministerio de sus papás. Creo que hay oportunidades cuando yo algunos hijos de pastor cuando entran los domingos en la mañana al edificio de la Escuela Dominical, los maestros no dicen: “Huy, allí viene el fulanito hijo de pastor”, creo que decían: “¡Huy hay viene el gadareno”! Y pueda ser que algunos chicos hijos de pastores hoy que estén crecido diran: “¡tengo que acceder a que mis pobres maestros tenían razón! Sin embargo tal vez se pueda argumentar que muchos chicos como cualquier otros era muy hiperactivos y no porque era hijo de pastor. Y usted en la iglesia otros niños hiperactivos y traviesos como ellos, pero en ellos, ese comportamiento los hermanos lo ven como normal. En el caso de los otros, lo miran como resultado de ser hijo de pastor. Esta creo que es la raíz del problema; las expectativas que tenemos de los hijos de nuestros líderes. Los medimos con la misma vara con que medimos a nuestros líderes. Vemos a Pedrito, vemos a Susanita, y queremos ver a un pastorcito a una pastorcita. Estamos muy equivocados. Si tan solo dejáramos en paz a los hijos de nuestros pastores y líderes. Si los dejáramos ser según su personalidad. Si los disciplináramos según su edad y no según la posición de sus padres, ellos crecerían en un ambiente que ellos respetarían porque percibirían que la gente al rededor respeta su personalidad, su forma de ser y su espacio personal. ¿Cómo queremos que los hijos de nuestros líderes sean lumbreras si desde pequeños han crecido con la famosa frasecita: “Hijo de pastor. . .lo peor”? Un hijo de pastor que conozco relata la siguiente historia: “Una vez, después de hacer una de mis famosas travesuras en la iglesia (le puse una rata blanca en la bolsa a mi maestra—ya me perdonó–) uno de los adultos me miró hacia abajo con mirada de dios griego y me dijo: “Bien dicen, hijo de pastor lo peor”. En la noche, después de que en mi casa me habían disciplinado por mi hazaña, pregunté a mi mamá qué significaba esa frase. Ella me dijo: “¿Quién te dijo eso hijito?” –“El hermano Ramiro”—le contesté, no entendiendo la cara de curiosidad de mi mamá (¡ahora ya la entiendo!). “Ah”—me contestó—“ el hermano Ramiro se confundió, lo el quiso decir fue ‘hijo de pastor lo mejor’!” Mi mamá siempre sembrando positivismo en mi corazón. “Lo que hiciste estuvo mal”,–continuó diciéndome—“pero lo que el hermano Ramiro te dijo no fue por eso. Eres tan bueno y tan lindo –quiero creer que aún lo soy!)—que eres lo mejor”. ¿Qué les estamos sembrando en el corazón a los hijos de nuestros líderes? ¿No creen que si sembramos en ellos que son lo mejor y que son especiales, crecerán comportándose como los mejores y los más especiales? Basado en mi propia experiencia como pastor, quisiera compartir lo que yo creo que son las responsabilidades de la iglesia hacia los hijos de pastores y líderes. También quisiera compartir lo que hemos tratado de compartir con nuestro único hijo. Que por cierto no ha dado ningún problema enlas iglesias que ha estad. (Digo esto para que no me interpreten que estoy defendiendo una mala conducta de mi hijo) También les quiero compartir unos pensamientos a mis compañeros de batalla, y sus hijos. Cosas que aprendí de la iglesia y hemos tratado de ponerlas en práctica en nuestro ministerio de 30 años de pastoreado.

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