El gigante que derribó a Carlos Rivas, David, Tommy Moya, Jimmy Swaggart: sigue buscando.

moya         Cuando supe que el pastor Toby había invitado al conocido pastor Tommy Moya para motivar a la Iglesia en el inicio de éste año, no deje de sorprenderme.  No porque  invitara a reconocidas personalidades, no, esto es comun para esta iglesia, tienen los recursos y pueden hacerlo.  Lo que me sorprendió es que a quien habian invitado era el mismo que en el 2009 había sido el centro de las noticias en Orlando y alrededor del mundo, por el escandalo de su adulterio con la esposa de su mejor amigo. Busqué un poco más la información y pude asistir a una de sus predicas;  a la salida compre su libro “Caer no es la sentencia final” en el cual, junto con su esposa relatan el penoso, doloroso, y largo proceso de restauración de su matrimonio y ministerio.   Lo que me llamó la atención es su actitud de reconocer inmediatamente su pecado, llamandolo como era, pecado, y sometiendose a las consecuencias y al trato pastoral y proceso de restauración de un equipo pastoral.  Despues de tres años, él cuenta la historia, de la cual creo que todos debemos aprender. Ante la noticia reciente del pastor Carlos Rivas y sus imagenes y palabras por televisión, me sitié en una esquina de reflexión como lo ha hecho creo yo, todo el pueblo evangelico de este país.  Algunos han aprovechado la oportunidad de descarnarlo a viva voz,  y pocos, creo yo, se han anotado para orar por su restauración.  ¿Cuántos se anotan para ir a orar por el Hno. Carlos Rivas a las bartolinas? me dijo, casi recriminandome un pastor amigo. El caso del pastor Tommy Moya es un caso digno de estudiarlo, no solo por la tristeza al corazón y santidad de Dios, el dolor a la familia y congregación, sino justo en la parte de su arrepentimiento casí instantaneo y su proceso de restauración.

El pastor David Hormachea, en su libro “El adulterio” ¿Qué hago?  nos brinda un manual para prevenir y tratar el proceso de adulterio en una familia y en una Iglesia.  Concluye, que es tarea del pecador arrepentirse y de la iglesia orar por su restauración y si fuera posible su restitución.

El mismo Gigante

No hay duda que el Gigante que derribó a David, es el mismo que ha derribado a miles más al paso.  Sus caracteristicas son las misma.  Todo aquel que comience a caminar en estas, tarde o temprano caerá.

Costumbres no piadosas.   Para el rey David fue fatal alejarse de las costumbres piadosas que Dios había determinado en su palabra y facilmente acostumbrarse a hacer siestas en plena tarde de guerra.

La vanidad.  Cuando comenzamos a pensar que nadie puede resistirse a nuestro encanto, poder o autoridad.  Así pasó con David, su nombre y su fama  se unieron a su vanidad y le robaron distancia a su humildad de siervo.  En otras palabras, las camaras, los flash,  las entrevistas y las diaconisas lo marearon.

La autoindulgencia. Con que facilidad David comenzó a ser duro con el pecado de otros y fragil con su propio pecado.  Siempre que nos levantamos sobre el pecado de otros, terminaremos engañandonos a nosotros mismos y creyendonos más justos y santos.  Tenía razón mi amigo pastor, hay muchos que no son adulteros, pero son egoistas, araganes, chismosos. etc.

¿Qué tal si antes de tirar piedras, revisamos nuestro caminar?

¿Qué tal si revisamos nuestros limites?

¿Qué tal si aprendemos a huir cuando sea necesario?