Ricky, sus zapatos y yo

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Ayer, en esa dinámica tan salvadoreña, en temporada pre-electoral, cambiar canales en la televisión; pasando de un lado a otro, me detuve varios minutos en el concierto de Viña del Mar, y su invitado especial: Ricky Martin.

Hubieron dos cosas que me llamaron la atención y quiero compartirselas.

Los zapatos de Ricky

foto_0000000320140223235302Tratando de explicarle a mis hijos (varones) la decisión del que aparecía en la pantalla, esa de haber rechazado su masculinidad y volverse homosexual, las consecuencias físicas y espirituales, uno de ellos me dice: ¡Qué bien Baila! jajajaja, si le dije.  Pero el otro me dice: Porqué, está usando zapatos de astronauta y de  santa claus?  haciendo referencia especialmente a los rojos.  Pero luego me dice: «Es cristiano»  Por qué, le pregunto.  Es que acaba de decir: «Dios les bendiga»

La espiritualidad de Ricky

wpid-556252336698253055399316603028398255938746637640564n1Dice el dicho popular. «Aunque la mona se vista de seda…mona se queda»  o como lo dijera una imagen que encontré en la red. «No vale la pena cambiar la sonrisa, si el veneno es el mismo»   pase a explicarles el principio que dice:

¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga? Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce.
Santiago  3:11-12

Hoy está de moda en las iglesias, algunos creyentes que en el tiempo de oración doblan sus rodillas y rasgan su corazón, orando por las autoridades, pero que en sus conversaciones y redes sociales, despotrican contra aquellos que en sus oraciones piden que Dios les bendiga y alcance en misericordia.  ¡Qué absurdo!  Me suena a Ricky Martin en Viña del Mar,  y su facilidad de decir algo con su boca y negarlo con su cuerpo.

Testículos magullados y penes amputados

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Con un amigo estamos pensando mandar a imprimir unas camisetas con la siguiente leyenda:

Deut. 23:1…Santidad a Jehová.

¿Se unen?

No hay duda que era una practica de la sociedad de ese momento, practicas alejadas de la pureza y santidad del Dios de los israelitas. Deuteronomio 23:1 y otros pasajes del pentateuco, enseñaban al pueblo la importancia de la pureza delante de Dios.  Entre las cosas raras que por el lente de nuestra cultura del siglo 21 no logramos entender, me encontré un pequeño listado de otras curiosidades, aquí se las dejo:

-El primer nombre de mujer que Dios puso no fue Eva, fue Sara (Génesis 17:15) porque el nombre de Eva lo puso Adán.

– El nombre más largo de la Biblia es Maher-salal-hasbaz. Isaías 8:3 «Y me llegué a la profetisa, la cual concibió, y dio a luz un hijo. Y me dijo el Señor: Ponle por nombre Maher-salal-hasbaz.»

– El libro de Esther no menciona en ningúna parte la palabra «Dios» literalmente. Además en este libro se encuentra el versículo más grande de toda la Biblia: Esther 8.9.

– La Biblia fue escrita mucho tiempo antes de la invención del papel y los lápices. Fue escrita sobre extensas tiras de papiro o pergamino.

– Según estudios, algunos dicen que el libro de Isaías es la Biblia en miniatura, o el quinto Evangelio. Una curiosidad: Isaías tiene 66 capítulos, la Biblia 66 libros.

– Goliat no murió de la pedrada que le diera el pastor David, sino por su propia espada (1º de Samuel 17:48-51).

– En el libro de Jueces capítulo 8 versículo 30 dice que Gedeón tuvo 70 hijos.

– El único personaje en la Biblia que se menciona que usó un reloj fue el Rey Acaz (2 Reyes 20:11).

– El Antiguo Testamento prohíbe los tatuajes. En Levitico 19:28 se dice textualmente; «Y no haréis rasguños en vuestro cuerpo por un muerto, ni imprimiréis señal alguna».

– El último libro de la Biblia en escribirse no fue Apocalipsis, sino la 3ª carta de Juan.

– Según el relato de la Biblia, Dios sólo escribió personalmente una vez, cuando escribió los 10 mandamientos en las tablas de la Ley. En el resto de ocasiones inspiró a otros para que escribiesen por él.

– Todos sabemos que David -de la tribu de Judá- era experto en el uso de la honda (una tira generalmente hecha de cuero) para lanzar piedras a gran velocidad. Pero lo que muchos desconocen es que en la tribu de los benjamitas había muchos zurdos y ambidextros, y eran famosos en el uso de la honda. De toda esta tribu había setecientos hombres escogidos, que tiraban una piedra con la honda a un cabello, y no erraban. (Jue. 20:15-16).

– Al contrario de lo que se cree, quien cortó el pelo a Sansón no fue Dalila sino un hombre. Ella sólo hizo que se durmiese en sus rodillas para que se lo cortasen (Jueces 16:19).

– En Levíticos Capítulo 11 aparece el mayor número de animales mencionado en la Biblia.

Obediencia detrás de la ofrenda de Abel

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Un día de estos sin revisar el pasaje en los idiomas originales, la exégesis en su contexto cercano, teológico, y más inclinado por criterios y conjeturas personales, un hermano querido me dijo: Eso no enseña el pasaje. Mi admiración para aquellos que sin saber, creen saberlo todo, tiene su lugar. Ese episodio me hizo recordar a David Hormachea , quien decía: De los que están sentados en esta conferencia no hay nadie que sepa más del tema que yo, he estudiado por largos días el tema, he investigado sus originales, sus comentarios y no hay nadie que lo conozca mejor que yo.

Aunque me parece un poco atrevida la postura, creo que tiene algo de cierto: Sólo el que ha estudiado, sabe. Si no se, mejor escucho y aprendo, pero no puedo defender un criterio si no estoy seguro de lo que defiendo. Como dice el dicho popular: Zapatero a su zapato.

En el pasaje de Génesis 4:1-7 , un pasaje controversial, es evidente que el principio detrás de la ofrenda es la obediencia. El principio sigue siendo el mismo: Para acercarse a Dios es necesario acercarse de acuerdo a los parámetros que Dios ha determinado. El tiempo prueba la fidelidad.

וְהָ֣אָדָ֔ם יָדַ֖ע אֶת־חַוָּ֣ה אִשְׁתּ֑וֹ וַתַּ֙הַר֙ וַתֵּ֣לֶד אֶת־קַ֔יִן וַתֹּ֕אמֶר קָנִ֥יתִי אִ֖ישׁ אֶת־יְהוָֽ׃
וַתֹּ֣סֶף לָלֶ֔דֶת אֶת־אָחִ֖יו אֶת־הָ֑בֶל וַֽיְהִי־הֶ֙בֶל֙ רֹ֣עֵה צֹ֔אן וְקַ֕יִן הָיָ֖ה עֹבֵ֥ד אֲדָמָֽה׃
וַֽיְהִ֖י מִקֵּ֣ץ יָמִ֑ים וַיָּבֵ֙א קַ֜יִן מִפְּרִ֧י הָֽאֲדָמָ֛ה מִנְחָ֖ה לַֽיהוָֽה׃
וְהֶ֙בֶל הֵבִ֥יא גַם־ה֛וּא מִבְּכֹר֥וֹת צֹאנ֖וֹ וּמֵֽחֶלְבֵהֶ֑ן וַיִּ֣שַׁע יְהוָ֔ה אֶל־הֶ֖בֶל וְאֶל־מִנְחָתֽוֹ׃
וְאֶל־קַ֥יִן וְאֶל־מִנְחָת֖וֹ לֹ֣א שָׁעָ֑ה וַיִּ֤חַר לְקַ֙יִן֙ מְאֹ֔ד וַֽיִּפְּל֖וּ פָּנָֽיו׃
וַיֹּ֥אמֶר יְהוָ֖ה אֶל־קָ֑יִן לָ֚מָּה חָ֣רָה לָ֔ךְ וְלָ֖מָּה נָפְל֥וּ פָנֶֽיךָ׃
הֲל֤וֹא אִם־תֵּיטִיב֙ שְׂאֵ֔ת וְאִם֙ לֹ֣א תֵיטִ֔יב לַפֶּ֖תַח חַטָּ֣את רֹבֵ֑ץ וְאֵלֶ֙יךָ֙ תְּשׁ֣וּקָת֔וֹ וְאַתָּ֖ה תִּמְשָׁל׃

Tiene razón Pinedo, citando a Wayne Jackson en su explicación. Se las dejo:

La Biblia a menudo no ofrece todos los detalles de una determinada historia; en cambio, se enfoca en los aspectos trascendentales Esta tendencia de la inspiración bíblica puede hacer que el lector de la Biblia ansioso de llenar cada detalle saque algunas conclusiones injustificadas.

¿Por qué no aceptó Dios la ofrenda de Caín?

La Biblia no brinda una respuesta directa para esta pregunta; sin embargo, existen algunas indicaciones exegéticas, teológicas y bíblicas que pueden garantizar algunas conclusiones. Primeramente, se debe establecer el hecho que, cualquiera que haya sido la razón para el rechazo de la ofrenda de Caín, esa razón fue adecuada, imparcial y justa. Dios no rechaza el servicio humano basado en el prejuicio social o la preferencia personal. Él “no hace acepción de personas” (Hechos 10:34; Romanos 2:11; Gálatas 2:6; Efesios 6:9), sino “juzga según la obra de cada uno” (1 Pedro 1:17). Después de todo, “[e]l Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?” (Génesis 18:25).

Algunos han sugerido que Dios no aceptó la ofrenda de Caín porque su ofrenda fue mezquina, pobre y escasa (vea “¿Primicias o Sobras?”, 2007). Pero las Escrituras realmente no favorecen esta proposición. El relato en Génesis solamente registra que “Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová” (4:3)—sin calificar positivamente o negativamente la ofrenda de Caín. El hecho que Caín tuviera la iniciativa de dar una ofrenda a Dios parece descartar la noción que él no pretendió ofrecer lo mejor de su trabajo. Aunque las Escrituras describen la ofrenda de su hermano, Abel, como un ejemplar “de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas” (Génesis 4:4) y un “más excelente sacrificio que Caín” (Hebreos 11:4), esto no implica automáticamente que la ofrenda de Caín fue materialmente miserable. [NOTA: “Aunque el adjetivo pleion (traducido ‘más excelente’) básicamente significa ‘más grande’, sea en cantidad o calidad, también puede denotar lo que es ‘superior en virtud de su valor fundamental’” . Es cierto que la falta de generosidad del adorador contribuye al rechazo divino (2 Corintios 9:6-7), pero no se puede relegar la superioridad de la ofrenda de Abel solamente al aspecto material.

Además, si Caín no tuvo la intención de ofrecer una ofrenda agradable, ¿por qué se molestó incluso con la idea de ofrecer alguna ofrenda en absoluto? La Biblia no indica que Dios se lo requirió. Si Caín sabía que su ofrenda era pobre, ¿esperaba que Dios pensara que su ofrenda representaba lo mejor de su trabajo? Y si sabía que era una ofrenda pobre, entonces, ¿por qué se resintió contra Dios por no aceptar su ofrenda (Génesis 4:5-6)? ¿Esperaba Caín que Dios recibiera con agrado una ofrenda que él había presentado con mezquindad? ¿Esperaba convencer a Dios con una ofrenda que ni siquiera le convencía a él mismo? La exasperación repentina de Caín probablemente sugiere que él confiaba que la “idoneidad” de su ofrenda le garantizaría aceptación inmediata.

Otros han sugerido que el rechazo divino se debió a la falta de sinceridad en las acciones de Caín (e.g., Keil y Delitzsch, 1981, 1:111). Por ende, ellos han despojado completamente a Caín de cualquier carácter honesto previo a su reacción por el rechazo divino. Aunque es fácil representar a Caín como un villano infame, soberbio y sanguinario por toda su vida debido a las descripciones bíblicas de sus acciones impías (cf. Génesis 4:8-15; 1 Juan 3:12; Judas 11), estas descripciones parecen delinear el carácter de Caín después del rechazo divino, pasando por alto cualquier descripción de su carácter antes de este evento. Ya que las Escrituras revelan que la rebeldía es el mal común entre los adoradores cuyas ofrendas Dios rechaza (cf. Levítico 10:1-2; Números 16:1-40; 1 Samuel 15:12-22), es correcto concluir que la rebeldía fue también el mal que dominaba el corazón de Caín (cf. Génesis 4:6-9). Pero el relato en Génesis 4 no garantiza la conclusión que Caín presentó su ofrenda deshonestamente.

Si existe la posibilidad que la ofrenda de Caín fuera materialmente generosa, y que su corazón fuera sincero, entonces, ¿por qué Dios aceptó la ofrenda de Abel y rechazó la de Caín? ¿Cuál fue la diferencia? Como Wesley ha sugerido, “la gran diferencia fue que Abel ofreció en fe y Caín no lo hizo. Abel ofreció con su mirada en la voluntad de Dios como su regla, y dependiendo en la promesa de un Redentor. Pero Caín no ofreció en fe, y por ende esto llegó a ser un pecado para él”

El escritor de Hebreos señaló que “[p]or la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín” (11:4). La frase “por la fe” es clave para entender por qué Dios aceptó la ofrenda de Abel y rechazó la de Caín. El apóstol Pablo añadió que “la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10:17). La fe está basada en la Palabra o instrucción divina. Donde no existe instrucción divina, el hombre no puede actuar “por fe”. Por tanto, podemos concluir que cuando Abel ofreció “por la fe”, procedió de acuerdo a las instrucciones divinas en cuanto al sacrificio, mientras que Caín menospreció tales instrucciones.

El escritor de Hebreos también señaló que Abel “alcanzó testimonio de que era justo” (11:4; cf. Mateo 23:35). La justicia está estrechamente ligada a la obediencia (cf. Lucas 1:6; Juan 5:30; Efesios 6:1). Pablo declaró que “no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley” (Romanos 2:13). Dios declara justo a alguien basado en un estándar objetivo: la obediencia a Sus mandamientos. Caín y Abel pudieron saber lo que debían hacer para alcanzar testimonio de justicia. Abel obedeció y fue declarado justo (Hebreos 11:4); Caín desobedeció y fue declarado injusto (1 Juan 3:12). Dios clarificó el hecho que Caín conocía Su voluntad cuando le dijo: “Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido?” (Génesis 4:7). Caín había hecho algo mal, i.e., había despreciado las instrucciones divinas en cuanto a la ofrenda. Pero él podía hacer bien, i.e., conocía la manera correcta de ofrecer a Dios.

Algunos comentaristas también ven evidencia adicional de instrucción divina previa en cuanto al sacrificio en el enunciado, “y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta” (vs. 7) [Jamieson, et.al., 1871]. La palabra hebrea traducida “pecado” en este versículo es el sustantivo jatta’t. Esta palabra aparece casi 300 veces en la literatura bíblica, y casi la mitad de veces se traduce como “ofrenda por el pecado” (vea Vine, 1999, 1:242). Entonces, el sentido sería que, “aunque [Caín] había pecado, y había hecho mal en la ofrenda que había ofrecido, había un sacrificio propiciatorio para el pecado que ya había sido provisto, y el cual estaba a la mano” Caín no tenía razón para irritarse; él podía recibir perdón al ofrecer una “ofrenda por el pecado” cuya instrucción y acceso estaban a su disponibilidad.

Por tanto, aunque la Biblia no registra directamente la instrucción divina a Caín y Abel, se puede concluir, fuera de toda duda, que Dios ya había instruido a Caín y Abel (directamente, o indirectamente por medio de sus padres) en cuanto a la manera correcta de presentarle una ofrenda agradable. Si este no fue el caso, entonces, ¿por qué Caín y Abel presentaron ofrendas a Jehová? ¿Cómo supieron que Dios se complace en la ofrenda (cf. Génesis 8:20-21)? ¿Cómo supo Abel que la ofrenda debía ser lo mejor de su rebaño, de entre los primogénitos de ellos (Génesis 4:4; cf. Éxodo 34:19; Números 8:17; 18:17)? Como Murphy ha declarado, “[e]s difícil suponer que sacrificar a un animal es algo aceptable, si no se hubiera permitido esto anteriormente. Las túnicas de pieles [que Dios hizo para cubrir la desnudez de Adán y Eva—MP] parecen implicar una permisividad práctica para el sacrificio de animales con ciertos propósitos. Por ende, llegamos a la conclusión que la ofrenda animal era superior a la vegetal, y que era más esencial para la expresión completa de la fe justa en la misericordia de Dios” (1847, p. 149, itálicas en original).

Finalmente, Abel trajo una ofrenda viva por el pecado ; por otra parte, Caín trajo una ofrenda muerta, sin mostrar conciencia de su pecado. Mientras que la ofrenda de Abel demostraba su actitud penitente delante de Dios (cf. Lucas 18:13), la ofrenda de Caín demostraba su actitud auto-justificada delante de Dios (cf. Lucas 18:11-12). Como Darby ha sugerido, Caín “supone que todo está bien; ¿por qué Dios no le recibiría? No hay sentimiento de pecado y ruina en su ofrenda”

CONCLUSIÓN
La evidencia bíblica nos guía a concluir que Dios no aceptó la ofrenda de Caín porque él no ofreció de acuerdo a las instrucciones divinas en cuanto al sacrificio. Las intsrucciones sobre el sacrificio no surgieron mas adelante en el pentateuco, surgieron en el jardín del Edén. Caín se mostró dispuesto a ofrecer una adoración modelada a su propia conveniencia y deseo, e ignoró completamente los requerimientos de Dios. Adicionalmente, su ofrenda representaba su espíritu irreverente, rebelde y auto-justificado. Lamentablemente, muchos adoradores modernos están dispuestos a seguir los pasos de Caín e involucrarse en una adoración religiosa que satisfaga sus deseos personales y les infunda un sentimiento de “justificación” delante de Dios. Jesús señaló: “[L]os verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren” (Juan 4:23-24).

Tres «bloopers» de película en la Iglesia

Bloopers-logo

Es muy común después de el lanzamiento de una película que se den a conocer los errores que acontecieron mientras la película era grabada.  A la mayoría le gusta ver esa sección para reir un rato.  La vida de la iglesia no es una película, pero si podemos enlistar bloopers dentro de ella.  Errores, equivocaciones, episodios que  sirven de espectáculo, trayendo malestar, dolor, lagrimas y una que otra herida.

1. «Dios me ha dicho:  Aquí hay alguien que está enfermo, y vamos a orar por él»

Luego de anunciar proféticamente lo que Dios le ha dicho, comienza a enunciar un largo listado de 99 enfermedades, comenzando desde el dolor de cabeza, y terminando con la Esclerosis Lateral Amiotrófica y la Progeria de Hutchinson-Gilford.  No da chance para evadir el listado.

Obvio!!!!  En la reunión debe haber alguien enfermo, ya que todos pasan los 50 años de edad.

2. «Este es el último chiste de la semana»

Un profesor de homilética en el seminario, decía:  Nunca abuse de las ilustraciones, al punto que éstas se vuelvan el centro de la predicación.  Nunca haga del púlpito la plataforma donde su persona o familia, parecen ser el protagonista principal, al estilo de la última telenovela.

Después del primer chiste viene el segundo y luego sin lugar a dudas el tercero.  Es muy común volver el centro de la predicación las super decisiones personales y los espituflaiticos cuentos familiares, donde la palabra ya no es el centro de la reunión, sino lo que el pastor hace con su familia, o las súper decisiones que la esposa del pastor toma, que por cierto no hay ninguna hna. de la iglesia que le llegue al talón de la espiritualidad que ella modela.  Oh!!! Cuánto egocentrismo hay en los púlpitos.

3. Vamos apoyar al canditado, porque defendemos la democracia.

Decía un pastor: 

En esta iglesia estamos comprometidos con la democracia y apoyaremos al candidato X porque es el que el Señor nos ha revelado que será el próximo presidente.

Lo que se le olvidó anunciar a ese pastor, es que ese candidato significa una buena parte de su sostenimiento personal, familiar y ministerial.  ¿Quién le asegura que no hará lo mismo con el siguiente candidato que llegue?  Y la centralidad de la palabra,  el Señorío de Cristo, dónde queda?.  Desde cuando nos volvimos demócratas y dejamos de ser teócratas. A algunas iglesias, poco les falta colocar junto a la bandera de la biblia, la bandera del partido político al cuál apoyan;   y junto al logo de la iglesia, la foto del candidato, el mismo que les financia el presupuesto ministerial.  Oh! Que bajo hemos caído.