Los que lo conocen saben que su pensamiento y análisis no es nada ligero o irresponsable, al contrario las virtudes, productos de su formación, experiencia de campo y capacidad cerebral, son elementos que colocan el ambiente para sentarse, escucharlo y platicar. Un día de estos me compartió una reflexión que ahora se las comparto (tengo su permiso) les advierto que es necesario leerlas un par de veces, respirar y atreverse a sacar aplicaciones, aunque estas puedan ser peligrosas, incomodadoras y practicas.
Se las dejo…
De ovejas a cabros y luego vienen los cabritos…
En Juan 21:15-19 Jesus le pide a Pedro que pastoree a sus corderos y ovejas. No quiero hablar de lo que Jesus está haciendo aquí con Pedro para restituirle su espiritualidad y restaurarle en su función de cuidar la grey de Dios, aunque deberíamos notarlo con cuidado. Quiero más bien hacer notar que Jesus compara aquí de nuevo a sus seguidores con ovejas (ya lo hizo en Juan 10 y podemos recordar el sublime Salmo 23, entre tantos). Y el pedido reiterado de Jesus a Pedro a que las dirija (apacentar, cuidar, pastorear).
Que les parece: la iglesia es un rebaño de animales!. Pero cuidado, no es cualquier tipo de animal, tampoco estoy pensando en una forma denigrante de decirlo. Tradicionalmente hemos creído que las ovejas son animales más bien torpes, sin embargo, según un estudio publicado en la revista Nature por Keith Kendrick, profesor de la Universidad de Greshman de Londres, las ovejas pueden distinguir entre las diferentes expresiones de otros animales pudiendo detectar los cambios en los rostros, también descubrió que pueden reconocer y distinguir entre al menos 50 individuos diferentes y recordar acontecimientos e imágenes durante un periodo de hasta dos años. Las ovejas no olvidan fácilmente, lo que hace que puedan recordar y revivir una situación traumática durante mucho tiempo. Según este estudio «las ovejas pueden ser capaces de usar el mismo sistema para recordar y responder emocionalmente a las imágenes de individuos ausentes tal como los humanos». Estudios científicos han descubierto que los ovinos experimentan emociones humanas complejas como el amor. Las ovejas se enamoran de sus carneros, tienen amigos y se sienten tristes cuando los miembros de la manada mueren o son sacrificados. Además todos sabemos que son altamente dóciles, tranquilas, fáciles de manejar, y bastante gregarias.
Jesus aquí en Juan 21 está pensando además en una grey que es inmadura (lactante, como los corderos), débil, propensa a desviarse y dependiente en todo (como sus “ovejas queridas”). De allí su necesidad de ser pastoreadas, con una gran necesidad de de recibir una nutrición tierna y amorosa en la Palabra. Que reto para los pastores!!. Según Hendricksen, es como si el Maestro le dijera a Pedro: “Simón, fuiste débil como un cordero, errante como una oveja, y con todo, en medio de todo, tú, como querida oveja fuiste objeto de mi tierna y amorosa solicitud. Ahora, con el provecho de tus experiencias (debido a tu sincero pesar), considera a los miembros de mi iglesia como tus corderos, y aliméntalos; como tus ovejas, y pastoréalas; sí, como tus queridas ovejas, y al alimentarlos, ámalos. No descuides la labor con la grey, Simón. ¡Esta es tu verdadera misión! ¡Vuelve a ella!”. Pedro después diría a los líderes de las iglesias que lo hagan de esta misma forma en 1ª Pedro 5:1-2.
Pero el lobo llega a todo redil de ovejas… el león que quiere destruir y asolar… ambos aparecen, siempre aparecen… ellos son lo único seguro en esta vida de rebaño… y el asalariado se esfuma (Juan 10:12). No hay carnero que valga (el macho con cuernos dispuesto a pelear) … no hay pastor!. Los borregos (machos jóvenes sin cuernos) no pueden tampoco… todos están solos!. Se olvidó el pedido de Cristo. Por 30 años he visto esto, y las ovejas no olvidamos los traumas!. No importa si algunos ya tienen los cuernos bien curvos (por viejos). Vivimos pastores del rebaño divorciados con los procesos que garantizan la espiritualidad y su continuidad por seguir su propia moda, el pastor cercano a las herejías y prácticas de culto dudosas, el pastor divorciado de la responsabilidad social, los pastores amantes de los deleites del dinero y el sexo más que de Dios, aquel pastor siempre inconforme con la vida, el par de neófitos y carnales que dejaron permear el pecado y lo dejaron asentarse cómodamente; el que no se compraba un problema, no sabía para donde ir y que solo la fue pasando; aquel soberbio, el amante de la mediocridad y enemigo de la excelencia para Cristo, el inmaduro, el que dejo la Palabra de lado, el que no quiere pagar el precio!.
En fin… traumas. Sin embargo, al mismo tiempo rodeados de tanta bendición, que las ovejas ya olvidaron porque no fue traumático para ellas quizá. Grande es Dios: bendición en medio de los problemas. Error de la ovejas, si. Ya no hay memoria de los convertidos, por miles; de los discipulados, por cientos; de los enviados, por decenas. Las iglesias que nacían, no que morían. El motor que mostró las maravillas de Dios, salvando vidas, sanando almas y cuerpos, que impacto la educación básica, la superior, los movimientos estudiantiles, las campañas masivas, los grupos de alabanza y adoración, los grandes predicadores, aquellas vigilias, los rebosantes cultos de oración, la pureza y la integridad, el amor a la Palabra, ah! la exposición de la Palabra hasta en Escuela Dominical, los ministerios en cárceles y hospitales, y otras tantas bendiciones borradas ya de la memoria de las ovejas.
Pero el olvidar aquellos grandes logros del Altísimo no fue lo único que sucedió ante el trauma: Muchas ovejas se perdieron, no sabemos de ellas. Nunca más se acercaron al redil y no hablo de las que se fueron buscando (según ellos) mejores pastos, sino de aquellas que se alejaron definitivamente del Buen Pastor. “Malas tierras” se excusaran algunos aplicando la parábola del Sembrador. Dios sabrá. Sin embargo, más peligroso aun, otras más mutaron, algo que no es natural, se convirtieron en cabros, verdaderos cabros. Animales gregarios sí, pero de manadas que andan solas, no necesitan que las guíen, a diferencia de sus parientes cercanos las ovejas; se alimentan solas y el riesgo, es que comen cualquier cosa, nadie las guía!. Andan salvajes, saltando y escalando por todas partes, difícilmente permanecen quietas en un lugar. Buscando mejores pastos para alimentarse solas. Mutaron solas, las obligaron a mutar? Dios tendrá la mejor respuesta desde donde nos mira. Nosotros en este mundo vamos a justificar cada posición imaginable para salvar nuestro propio pellejo. Los pastores se van a defender, los cabros se van a defender también. Solo una cosa queda clara en la Palabra: lo que Jesus quiere es pastorear ovejas no cabros. Y El busca quien las pastoree.
No significa que los cabros estén en lo correcto, de hecho muchos andan por allí equivocados y bastante perdidos. El punto aquí es que no reciben guía espiritual. Sin embargo, los cabros se pueden domesticar, y esto es una buena noticia. Es una especie de desvío del que nos podemos regresar. A ver, Quien no querría acercarse mansamente a una mano amorosa que le ofrece el mejor sustento espiritual?. Los cabros dan fruto: carne y leche. No pierden lo respondones, especialmente los machos cabríos, de vez en cuando cornearan. Podrán regresar los cabros a su estado natural de oveja? Si, el Poder de Dios es suficiente, de eso no cabe ni la menor duda. Habrá alguien que se entregue a ellos para que suceda este milagro de la mutación? Algún pastor de cabras que les ofrezca cuido y guía, que les diga que no necesitan buscar solos, que allí esta para cuidarles, amarles, que se entregue, que les de el mejor alimento espiritual que tiene, que no se rinda porque el trabajo es difícil, que aparte a los malos cabros del rebaño, que elimine la amenaza de los lobos disfrazados de ovejas, que haga esa lucha?. Hay… los conozco a algunos, otros aun no han entendido este Llamado de Dios. Pero allí están, ningún pastor anda solo en este mundo. Estos Varones de Dios verán el milagro de la mutación de cabros a ovejas.
Para colmo en este mundo posmoderno, cabros crían cabritos!. Ya no son ovejas… no mutaron, nacieron así, 100% cabritos. Solos, sin guía en el rebaño, alimentándose del pasto que los cabros les proveen, que muchas veces es mejor que el que las pocas ovejas reciben. Quizá algunos pocos acostumbrados a buena calidad de alimento, que no encuentran en el redil de ovejas. Quieren saltar buscando otros mejores pastos. Quieren dejar lo que conocen y salir a buscar al guía, al ejemplo a seguir (que no sea el cabro que tienen en casa), a “otro modelo” le llamamos, aquel que uno siempre anda buscando cuando es cabrito. O es que se nos olvidó cuando pasamos por allí?. Buscan a alguien a quien puedan imitar, porque también imita a Cristo. Un sueño genuino. Una búsqueda que no puede calificarse de inmadura, sino más bien de legitima. Y es que los cabritos oyen las historias, conocen las frustraciones de primera mano, ven los resultados, – más bien no ven los resultados (pámpanos que no dan fruto pero siguen allí) -, distinguen a los lobos disfrazados de oveja entronados, ven la falsedad e hipocresía y no quieren ser parte de eso. Y esta transformación será el segundo milagro: cuando los cabritos que vienen en estas próximas generaciones entiendan que son ovejas, y que vean que cuentan con un pastor que cumple las expectativas que Cristo le dejo a Pedro.
Quizá es duro, muy duro. Quizá no soy el indicado para resaltar esta demanda. Pero si nadie dice nada de la Verdad y Cristo tiene que hacer hablar a las piedras, entonces un buen cabro ya con barba de chivo puede berrear. Así termina el pasaje: El precio a pagar es altísimo, pero no más que nuestro Dios!.