Septiembre 21

Llegue a  los 45 y lo admito, quisiera tener el ritmo, la energía, la dinámica de  Earth, Wind and Fire en su canción  «September»;  porque para nadie es secreto que al llegar a esta edad se necesita todo ello, pero sobre todo un propósito claro de vida, la certeza que lo que se ha recorrido no ha sido en vano,  una esperanza que lo empuje a seguir caminando los metros y kilómetros que faltan.  Lo he aprendido hacer rodeado de personas que ahora entiendo con mas claridad que Dios las puso con un propósito.

Mis padres.   A ellos les debo la vida, lo que soy. Gracias a su esfuerzo, dedicación, palabras y ejemplo, hoy soy lo que soy; me enseñaron a respetar a amar, a obedecer, a alimentarme, a tener temor de Dios y a responder al llamado de Dios.  Cada enseñanza ha sido la semilla en largo proceso de aprendizaje, lento a veces, pero certero en el tiempo de Dios.

Mi esposa.  La dulcinea que mantiene la cordura de este extraño quijote;  incansable en escuchar los sueños, locuras y miles de ideas a la hora que sea;  compañera de batallas, dueña de las manos mas tiernas y mágica voz que sana… pero sobre todo, ella es esa  melodía en Bossa Nova que alimenta, llena y seduce todos mis días, sean estos grises o radiantes.  A su lado mi vida es  un crescendo que mantienen mi corazón al tope.

Mis hijos.  Dos varones que me han hecho entender el corazón paternal de Dios y recordar  mis primeros años de vida .  ¡Qué energía! ¡Qué ocurrencias! Pero sobre todo qué potencial de servicio y liderazgo para el reino de Dios.  Estoy sembrando y espero cosechar los jóvenes y hombres que el mundo necesitará del 2020 en adelante. Me los imagino y aunque no estoy seguro si lo veré, me gozo desde ya.

El ministerio.  Fui al seminario  de 30 años y ha sido la mayor experiencia formativa que he tenido, regrese a Nazaret, la iglesia donde he realizado ministerio, ahí he aprendido,  me he equivocado y desgastado.  No me arrepiento, me cuesta creer que llegaré  a aquel día empaquetado aún, sin haberme gastado y usado. La gente de la naza me ha enseñado a predicar, a amar, a escuchar, a pastorear, a perdonar y sobre todo a amar al Señor en tiempos de crisis de fe.

Mi Señor. A él le debo todo.  Busco, me esfuerzo, intento conocerle más allá del bosquejo del sábado, del comentario, de la dialéctica y la metodología. Entregarle la tarea que me encomendó un día y escucharle decir: …entra al reposo de tu Señor, es mi deseo.

Bienvenidos 45…

Como lo dijera Alberto Cortés

A partir de mañana empezaré a vivir la mitad de mi vida;
a partir de mañana empezaré a morir la mitad de mi muerte;
a partir de mañana empezaré a volver de mi viaje de ida;
a partir de mañana empezaré a medir cada golpe de suerte.

Hasta el día de hoy, sólo fui lo que soy, «aprendiz de Quijote»,
he podido luchar y hasta a veces ganar, sin perder el bigote.
Ahora debo pensar que no pueden dejar de sonar las campanas,
aunque tenga que hacer, más que hoy y que ayer… a partir de mañana.

Y con ustedes: El sabelotodo

ElsabelotodoEnseña en el seminario, predica en la iglesia y de vez en cuando se sienta en la banca a escuchar a otros enseñar.  El problema no está en lo que sabe, el problema es que lo que sabe,  lo ha envanecido y alejado de la practica del amor al prójimo.  El problema no es que sepa griego, el problema es  que en el griego no ha leído que cuando en su bolsillo tiene dos dolares,  uno lo debe dar al necesitado.  El problema no es que enseñe, el problema es que lo que enseña no lo practica.   El griego dice, el hebreo enseña, el arameo nos muestra….Sus palabras preferidas son: «Eso no dice el texto».  Hoy escribo de mí, de la tentación que enfrento cuando leo, cuando enseño (lo aclaro, para ahorrarte el tiempo de pensar por quién lo digo).

No estoy en contra del manejo de los idiomas originales, el contexto social y geográfico del pasaje, y de lo expositivo de nuestros sermones, necesitamos urgentemente una enseñanza fiel al texto; pero  lo que si me incomoda  es que los que enseñamos, enseñemos sin practica del amor.  Es muy fácil que nuestra enseñanza nos ciegue al amor al prójimo y las necesidades de los alumnos,  discípulos, prosélitos, ovejas,   clientes  o como usted les diga.  No se vale que mi  conocimiento en la palabra y la atractiva y esplendida exposición de esa  palabra, me eleve sobre el pecado del otro, sobre su fragilidad o torpeza para entender los principios;  oh cuánto tengo que recordar que enseñanza sin amor es ruido, que la sana doctrina tiene su fundamento en el amor al  prójimo,  en todas sus expresiones: paciencia, perdón, misericordia.

Reflexionando  en ello, no puedo evitar en pensar en dos historias:  Una de ellas es la historia de Megamente, esa que trata de un extraterrestre con una extraordinaria inteligencia que, con tan sólo ocho días de edad, es enviado a la Tierra por sus padres cuando su planeta natal es destruido por un agujero negro. La peculiaridad de este personaje no solo es su conocimiento, ilustrado por su cabeza grande, sino que su conocimiento está totalmente alejado del amor y el bien al prójimo.

La segunda historia  es la historia de Marcos 10:17, la del joven rico, no se como se llamaba,  pero de seguro era primo de Megamente, sobrino de cantinflas en «el sabelotodo»  y  hermano mio.

 

Más allá del saludo adulador y superficial con el que se dirige a Jesús, está lo que tenía en la cabeza: Conocimiento.  Jesús se lo afirma: Los mandamientos sabes (interesante Jesús afirma  los mandamientos que el sabe, aquellos que tienen que ver con la relación al prójimo) todos esto los sabe y los ha guardado desde la juventud, replica el joven.  En su camino ha tenido projimos, sirvientes, familia, vecinos..etc.  Pero el aguijón, la sal en la herida, la cerecita en el pastel se la pone el Señor: Vende todo lo que tienes y dalo al prójimo (ese de quien  tu dices que has buscado el bienestar, no defraudandole, tal como lo dice los mandamientos que SABES).  En otras palabras:  Lo que sabes en la cabeza, bájalo y practícalo en el corazón.   Usted sabe el final de la historia: Se fue afligido por la palabra que el Señor le dio, porque tenía muchas posesiones (las cuales no quería compartir con el prójimo, del cuál sabía en los mandamientos que tenía que amar y no defraudarlos).  Sabía pero no amaba.megamind

Cómo me gustaría que esa historia y la de quien escribe, terminara como terminó la historia de  Megamente:  Usando su conocimiento para cuidar, servir y amar a la Metro ciudad;  pero la vida real es más difícil que una película de Dreamworks.  Lo  que si estoy seguro es que cada día mientras viva, el Espíritu de Dios seguirá quebrando y moldeando mi corazón a su imagen, y que al abrir los ojos cada mañana, en la casa, en el aula, en el templo, en la calle, estaré rodeado de prójimos a los que puedo enseñar la verdad del evangelio con hechos y no solo con palabras.  El conocimiento envanece, el amor edifica.

 

 

No era uno, eran tres gigantes: Eliab, Saúl y Goliat.

SUMO-2Los tres le tuvieron en poco, los tres se lo dijeron y los tres no creyeron lo que era capaz de hacer. Pero el prevaleció contra los tres.  Pablo lo dijo años después: «Ninguno tenga en poco tu juventud»  ¿A cuál juventud se refería el Apostol?  Sin lugar a dudas no solo a la juventud que está llena de energía y sueños, sino que está acompañada de fe, obediencia y pasión por la Gloria de Dios.

Las palabras de David (el gigante que mató a los gigantes)  en 1 Samuel 17 nos lo enseña:

Vrs. 20  OBEDIENCIA.  …se fue con su carga como Isaí su padre le había mandado.

Vrs. 26 PASIÓN POR LA GLORIA DE DIOS. …y quién es este Filisteo incircunciso, para que provoque los escuadrones del Dios viviente.

Vrs. 37 FE. … él me librará de la mano de éste filisteo.

Vrs. 30, 33, 42  CONCENTRACIÓN. Los tres mensajes de desprecio que David recibió, no lo lograron desconcentrar, él se aferró a lo que estaba dentro de su corazón: Fe, obediencia y pasión por la Gloria de Dios.

Ninguno tenga en poco tu juventud (llena de fe, obediencia y pasión), porque no hay gigante que pueda enfrentarte.

Pesadilla evangélica

PIES-MUERTOSRevisando el blog del pastor Ricardo Godin, me encontré con esta entrada que nos aporta elementos interesantes para meditar en el rumbo de la Iglesia en los tiempos que vivimos y vendrán. Este es el resumen:

 

Entré en una sala de billar y sentí náuseas. Un vértigo invadió mi cuerpo. Las mesas verdes repartidas por todo el amplio espacio me recordó a una morgue llena de cadáveres. Yo estaba en Inglaterra.
¿Por qué una morgue? Me explico. Esa sala era la nave de una iglesia. Sin embargo, la congregación disminuyó en los últimos años y el edificio tuvo que ser vendido.

El pastor que me guió en la visita inusual en Inglaterra informó que un gran número de iglesias disminuyeron su membresía y por lo tanto murieron y cerraron. Debido a los altos costos de mantenimiento, los edificios son buscados por los comerciantes y los mayores compradores, según él, son musulmanes, los propietarios de tiendas y bares antiguos y discotecas.

Difícil para un pastor para ver convertida en un bar el púlpito. Es triste leer entre borrachos, inscripciones de textos bíblicos tallados en piedra – Nosotros predicamos a Cristo crucificado – La sangre de Cristo nos limpia de todo pecado.

Miré hacia atrás en el tiempo. Recordando: esa iglesia, fue fundada en el avivamiento Wesleyano, y habían experimentado la vitalidad espiritual. En ese tiempo fueron colocadas placas de granito y mármol, fijadas en las paredes, llevando los nombres de los pastores de renombre que predicaron en el altar – que ahora sirve de bar de whisky.
Estuve allí en un sábado, y el espacio estaba lleno de hombres vacíos. Me pregunté a mí mismo: ¿Qué mató a esta congregación?

En América, al igual que en el avivamiento Wesleyano, el movimiento evangélico crece con tasas sorprendentes. No se puede negar la efervescencia religiosa que tenemos. Las periferias de las grandes ciudades están llenas de iglesias evangélicas, todas llenas. Las grandes denominaciones compran estaciones de radio y televisión. Cantantes evangélicos que graban y venden igual o mejor que los cantantes seculares. Están publicados cientos de innumerables revistas y títulos de libros. Librerías venden baratijas religiosas (llaveros, calcomanías, churros, gaseosas, himnarios, etc).

Pero entre los formadores de opinión – los periodistas, bloggers, académicos – la credibilidad ética de las iglesias se encuentra en las proximidades de cero.

Esta realidad produce desarrollos preocupantes. Si, con toda la rigidez doctrinal del protestantismo Inglés, el metodismo y la ética de la propia disciplina anglosajona esas iglesias murieron, puede suceder lo mismo con nosotros?
Por desgracia, sí. Insisto: las razones que se acabaron a muchas congregaciones europeas son diferentes, obviamente. Allí, la reacción anticlerical fundamentada en la filosofía naturalista aceleró los procesos de secularización. Universidades fomentaron enorme antipatía hacia todo lo que no encajaba en el esquema lógico y racional. Etc…

Entre nosotros, ¿Qué amenaza el movimiento evangélico?

La propia estructura teológica e institucional que hemos construido

Todo aquel que visite un templo evangélico tiene la oportunidad de darse cuenta de la adoración que se profesa, es parecida a la que se le ofrece a una deidad en una tribu. Esa deidad se le adora y venera porque ayuda a prosperar financiera mente, y está ligada a la curación y a la solución de problemas inmediatos.
Podríamos decir que el Dios al que adoramos en nuestros templos, no es más que un ayudante celestial, al que accedo para que logre solventar mis obligaciones.
Los pastores buscan domesticar a la membresía, pues parece que tiene miedo, tal vez, porque no se logre cubrir los gastos de las instalaciones de la iglesia y está buscando ampliar la obra de Dios con dos estacionamientos y más salas o porque no se logre reunir para sus suntuosos gustos.

La adoración en el movimiento evangélico es antropocéntrica. Mientras prevalece la catarsis colectiva con testimonios extravagantes de milagros, surge una pregunta: ¿Qué acaso Dios es un estimulante químico? Los pastores no se molestan en transgredir el mandamiento de tomar el nombre de Dios en vano. Milagros, inflados por la manipulación, revelan la falta de reverencia.
No debemos olvidar que el descuido de lo sagrado es arma de doble filo.
El movimiento evangélico muestra poco cuidado con la jerga y sus clichés. Estos se copian y repiten sin mucha preocupación por su contenido. Algunos, vacíos, sólo sirven para crear el frenesí o para demostrar la certeza de líder. En algunos templos se repiten frases hasta la saciedad solo para ocultar la falta de preparación bíblica y teológica. No hay nada como una frase lista para justificar la pereza.
Hay un claro interés para elevar la temperatura emocional del culto, pero no para desarrollar el pensamiento crítico. Se generan triunfalismos, pero no se proporcionan herramientas para transformar la situación social.

Reuniones espectaculares envenenan al movimiento evangélico como una droga fuerte. Esa que es alienante en cada bocado y crea más dependencia, dando la sensación de que el próximo efecto será mayor que el primero. ¿Cómo será la próxima reunión? Tiene que ser más espectacular que la anterior. Muchas iglesias buscan un mensaje que sostenga el auditorio.

¿Qué perspectivas teológicas ciernen sobre el futuro del movimiento evangélico?

La mezcla de medios y fines se intensificará más. La idea de que el fin justifica los medios ha crecido y es una práctica, con la premisa de justificar cualquier comportamiento poco ético.
Es Grave, hoy no se sabe si la iglesia existe para recaudar dinero o si el dinero es un mero instrumento para continuar con la misión iglesia.
¿La música es para adorar, entretener o divertir? ¿Los libros publicados por pastores son negocio propios o para compartir ideas que ayuden a la santidad? ¿Los programas de televisión están dirigidos a divulgar “mi” ministerio o iglesia o para proclamar el mensaje de salvación? La respuesta ya no es fácil encontrarla.
Jesús no negocio con las mesas de los que cambiaban dinero por estar en desacuerdo con el servicio que prestan a los peregrinos que adoraban en el templo. Interesante, Jesús encontró que hay, medios y fines y que estos muchas veces se confunden.

La obsesión por el dinero, la fama y la carrera desenfrenada a la pasión por números y títulos son realidades que nos complican. La confusión entre medios y fines, ya ha comenzado el proceso de implosión del movimiento evangélico y nos recuerda que quizá, su fin está cerca. Todo se vale para mantener el espectáculo de la fe.

Cuidado: El hecho de crecer numéricamente, y tener grandes salas de reunión en hoteles y potentes edificios, no inmuniza al movimiento evangélico de los peligros que le acechan. Al contrario lo expone más. Cuanto más el movimiento crece, más vulnerables se vuelve a la cultura que lo rodea; y entre más parecido a la cultura, menos atrevido se vuelve para tratar de transformarla.
Estas pequeñas desviaciones de hoy pueden convertirse en abismos mañana. Imaginar que un inmenso templo puede convertir en un bar con salas de billar puede parecer una exageración. Sin embargo, fui testigo en Inglaterra: las pesadillas ocurren.

Ralph El Demoledor y 1 Samuel 17:28

wreckit_ralph_ver15¿Te has enfrentado con algun Ralph, últimamente ?  Yo he conocido un par de ellos en las ultimas semanas, he escuchado sus palabras y sentido su respiración.   Son esos que  se encargan de demoler, derrumbar o tumbar las buenas  intenciones. A veces son simpáticos como el personaje de la película: «Ralph, El demoledor», otras veces son espeluznantes como Linda Blair en el papel de Regan en el «Exorcista», pero la mayoría de veces son destructores, asoladores, exterminadores y aniquiladores  de castillos, de sueños, de anhelos e  intenciones;  causando con sus palabras tanta confusión y esterilidad.  Dentro de la Iglesia, estancan el avance del Reino.

Alberto Cortez los identifica  llamándoles «Idiotas» a los soñadores,  en su canción  «Castillos en el aire»  esa canción que describe de alguna manera mi historia, su historia, nuestra historia, la historia de aquellos que en algún momento hemos querido volar y construir castillos en el aire dentro de la Iglesia.  Recuerda la historia:

«Quiso volar igual que las gaviotas,
libre en el aire, por el aire libre
y los demás dijeron, «»¡pobre idiota,
no sabe que volar es imposible!»».

Mas él alzó sus sueños hacia el cielo
y poco a poco, fue ganando altura
y los demás, quedaron en el suelo
guardando la cordura.

Y construyó, castillos en aire
a pleno sol, con nubes de algodón,
en un lugar, adonde nunca nadie
pudo llegar usando la razón.

Y construyó ventanas fabulosas,
llenas de luz, de magia y de color
y convocó al duende de las cosas
que tiene mucho que ver con el amor.

En los demás, al verlo tan dichoso,
cundió la alarma, se dictaron normas,
«»No vaya a ser que fuera contagioso…»»
tratar de ser feliz de aquella forma.

La conclusión, es clara y contundente,
lo condenaron por su chifladura
a convivir de nuevo con la gente,
vestido de cordura.

Por construir castillos en el aire
a pleno sol, con nubes de algodón
en un lugar, adonde nunca nadie
pudo llegar usando la razón.

Y por abrir ventanas fabulosas,
llenas de luz, de magia y de color
y convocar al duende de las cosas
que tienen mucho que ver con el amor.

Acaba aquí la historia del idiota
que por el aire, como el aire libre,
quiso volar igual que las gaviotas…,
pero eso es imposible…, ¿o no?…

Al escribir estas lineas estoy completamente seguro que siempre encontraremos personas que se especializan en asfixiar, ahogar o apagar los sueños que tenemos para Dios.

1 Samuel 17: 28-29 nos habla de uno:  Eliab, hermano mayor de David, quien al verlo en la batalla desenfundó todo su veneno sobre el corazón de David. «Yo te conozco» le dijo, eres soberbio y malicioso de intenciones.  No le parece que es un atrevimiento de alguien llegar a decir que conoce a otra persona?  No olvide que David está ahí sin haberlo buscado, sin haberlo solicitado, está ahí sin saber que cumplirá el sueño de Dios para con Israel.

Este es el perfil de un demoledor de sueños:

  • ARROGANCIA. Qué arrogancia de Eliab de etiquetar a David como alguien de malas intenciones, es igual a los demoledores de hoy, etiquetan a los demás colocando sobre ellos una palabra que frena y asfixia el deseo de soñar.
  • SOBERBIA. Qué soberbia de Eliab, esa de buscar los defectos en David, no ve lo bueno sino solo lo malo.
  • RELIGIOSIDAD. Que religiosidad de Eliab, esa de creerse mejor que David, le recalca que su lugar es en el desierto con unas «pocas» ovejas, le susurra que  David no puede, no tiene capacidad de estar en la batalla,  que el único que puede y tiene la capacidad de estar en la guerra es él: Eliab.

¿Qué hubiera pasado si David le hace caso a las palabras de Eliab? Me encanta la solución que David le da a los dardos destructores de este Ralph llamado Eliab. Interesante,  no le presta atención a esas palabras, David está seguro que Eliab  no conoce sus intenciones.  En buen salvadoreño. «No se deja controlar por las palabras de su hermano»  Lo deja hablando solo.

He confirmado que los destructores de sueños quieren controlar con sus etiquetas, juicios, palabras;  intimidando, atemorizando, anulando la autoestima y demoliendo los sueños.

Como lo dijera Will Smith en la película «En búsqueda de la felicidad»

Nunca dejes que nadie te diga que no puedes hacer algo, ni siquiera yo. Si tienes un sueño, ve a por él, la gente que no lo consiguió te dirá que no lo lograrás, pero si tienes un sueño, persíguelo y punto. ¿Sabes?, la gente que no logra conseguir sus sueños suele decirles a los demás que tampoco cumplirán los suyos.

en busca de la felicidad