Misión y cambio

La-única-iglesiaEl día de ayer iniciamos los conversatorios en la semana dedicada a la Misión de Dios.  Este año el comité de misiones está llevándonos a reflexionar en los conceptos: Misión y cambio.  La audiencia invitada el día de ayer, fue una parte del liderazgo de la Iglesia, y el invitado al primer tema, fue el Pastor German Castro.  El tema fue: Iglesia Generacional.  Aquella que tiene su enfoque en el futuro sobre el buen fundamento del pasado.  Algunas de las advertencias fueron: 1. Toda tierra es buena si se prepara bien (No desechar a los jovenes y  a los viejos).  2. Solo cosechamos lo que sembramos. (Si sembramos maleza, cosecharemos maleza) 3. Atrévase a podar. (Identificar las piedras que no permiten que las raices crezcan). 4. Siempre espere más y mejor fruto.( Prepare un lagar grande donde recoger el fruto).

Personalmente quisiera enfatizar en dos principios:

Primero: La iglesia de hoy (los viejos) (estructura)(liderazgo) necesita responder a los desafíos de las nuevas generaciones.  Segundo: asimismo el Espíritu Santo siempre ha obrado en las transiciones generacionales. Tercero: Si la Iglesia no revisa su estructura, modelos y esquemas, serán futuros museos arqueológicos al estilo europeo.

El Espíritu Santo obra en medio de los cambios generacionales

          No olvidemos que Dios siempre tiene respuestas para nuestras necesidades. Su palabra nos demuestra cómo Él se ha enfrentado a problemas de «transición generacional» en el pasado, y lo puede hacer en el presente.
El capítulo dos de Hechos nos muestra a un pueblo cuyas generaciones posteriores tenían otra lengua materna, «Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo… y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua» (Hech. 2:5-6). El Espíritu Santo tomó la oportunidad en ese día para demostrar el poder de Dios; y ese mismo Espíritu Santo está listo para tomar la oportunidad en nuestro día para demostrar su poder en nuestro medio.

Dios seguirá su plan de Generación en generación

Un vistazo a través de la Biblia nos da un panorama amplio de la provisión divina en relación con la «transición generacional». Dios llama a Abraham y le promete dar a su descendencia, las generaciones posteriores, la tierra de Canaán (Gén. 12:7), y Dios empieza a cumplir su promesa dándole un hijo (segunda generación) en su vejez (Gén. 21:5). Unos años después, Abraham experimenta a Jehová-jireh, un Dios que provee. Dios proveyendo para la preservación de esa segunda generación.
El Dios que se revela en la escritura es «Dios de Abraham, de Isaac, y de Jacob», «Dios de la segunda y tercera generación», es una frase que se repite, con frecuencia, en la Biblia (cp. Ex. 3:6, 3:15, 6:3, Mat. 22:32, Hech. 7:32). Aún cuando las generaciones se han olvidado de Él, Dios encuentra la forma de rescatarlas y hacerlas suyas de nuevo. El libro de los Jueces es un ejemplo de esto, así como también la secuencia de los Reyes, el ministerio de los profetas; y aun nosotros somos incluidos como hijos de Abraham (Gál. 3:7). Este es el resultado de Jehová-jireh «hasta mil generaciones».

Transición Generacional a nivel de liderazgo
«Moisés-Josué

Un hecho que se puede observar a través de la historia bíblica es que Dios siempre tiene un líder para cada generación. Moisés es ejemplo de un líder que fue instrumento idóneo para milagros portentosos de Dios: las plagas sobre Egipto, el cruce del Mar Rojo, el agua brotando de la roca, etc. Moisés es el único hombre del que la Biblia dice que Dios hablaba con él «cara a cara, como habla cualquiera a su compañero» (Ex. 33:11).
Sencillamente, el liderazgo de Moisés es tan notable que creemos que, personas como él, son indispensables y no hay forma ni ser humano que pueda reemplazarlos. Pero la verdad es que no son ellos, ¡ES DIOS! Dios se acerca y habla a Josué y le dice «Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel» (Jos. 1:2). Con el llamado viene la promesa, «Nadie te podrá hacer frenteen todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé» (Jos. 1:5, 8,9). Ahora vemos a Josué en el lugar de Moisés. En obediencia al Señor, lo vemos abriendo las aguas del Río Jordán, derribando los muros de Jericó, deteniendo el sol. No hay duda alguna de que la transición del liderazgo de la generación de Moisés había pasado a la generación de Josué.

Transición Generacional a nivel de modelos de ministerio

«Elías-Eliseo»

Una de las cosas comunes en las iglesias históricas es que les cuesta adaptarse a nuevos modelos de ministerios.  La Gloria del  pasado se vuelve en un ferviente anhelo de vivirlo ahora, incluyendo la estructura, modelos y esquemas y por ahí un viejo pastor.

Sobre lo difícil que es abandonar un modelo ministerial del pasado, el pastor Romero Guevara escribe:

Estaba leyendo cuando Elías es trasladado por Dios y lo que nos cuesta aceptar que un modelo ya pasó y que Dios se lo llevó. La comunidad de profetas de Jericó reconoció la investidura de Eliseo, y al ver el manto de Elías en su mano, supieron que algo le había ocurrido a Elías. Sin embargo, les resultaba difícil tener que aceptar el hecho de no verlo más. Después de tantos años de seguir su liderazgo, la personalidad de Elías estaría arraigada de tal modo en sus corazones que no les permitía reconciliarse con el hecho de que su partida era algo definitivo.

Lo primero que le dijeron a Eliseo, su nuevo líder, estaba relacionado, sin duda por razones melancólicas, con la persona de Elías. «Aquí hay entre tus siervos cincuenta hombres fuertes. Deja que vayan y busquen a tu señor ahora; quizá lo ha levantado el Espíritu de Jehová y lo ha arrojado en algún monte o en algún valle» (v.16).

En estas palabras detectamos tres indicios que señalan falta de discernimiento espiritual por parte de los jóvenes profetas. Y que son semejantes a las personas que les cuesta dejar sus esquemas cuando Dios los ha roto.

En primer indicio yo lo llamo RESISTENCIA, note que ellos mismos habían testificado que Jehová habría de quitar a Elías ese día (v.15) y sin embargo, ahora procuraban volver a encontrarlo. ¿Porque hay muchas iglesias que ven que ya no funciona el esquema que usan, que saben que Dios está haciendo otras cosas, sin embargo siguen aferrados con resistencia a algo bueno que ya no funciona y que pasó de moda? !Que alguien me lo explique, por favor! En segundo lugar ellos hicieron otra cosa muy peligrosa es ARROGANCIA , la gente arrogante es la que resiste cambiar a pesar que las evidencias lo ponen contra la espada y la pared, así que deciden que ellos pueden mantener el modelo que Dios ya quitó. Cuantas iglesias siguen manteniendo modelos que ya no funcionan en la carne y en sus propias habilidades. Note que estos profetas confiaban en la capacidad de sus mejores hombres, cincuenta varones «fuertes» para organizar la búsqueda y poder encontrarlo.
En tercer lugar IGNORANCIA, Eso es lo que sucede con las personas que se resisten al cambio del Espíritu Santo. Creen que entienden bien, pero poseen una ignorancia espiritual para conocer al Santo Espíritu y su mover en medio del pueblo. Note que ellos demostraron tener un concepto muy mezquino con respecto al Espíritu de Dios. Esta no es por cierto la forma en que el Espíritu del Señor, «el Consolador», procede con los siervos de Dios. No los levanta a cierta altura para luego arrojarlos en algún cerro o valle en forma despectiva. Eliseo les respondió en forma breve: «No enviéis». Bien sabía él que solo sería una pérdida de tiempo y un esfuerzo innecesario y desperdiciado. ¡Buscar a Elías por los montes y valles sería como buscar a Jesús en las tumbas de un cementerio! Sin embargo, ellos insistieron hasta el cansancio. ¿Qué hay detrás de todo este actuar de unos profetas? Lo podemos ver que el nuevo mover los amenazaba, y por eso estaban tratando de aferrarse al esquema de “Elías”.

La primera amenaza era que tocaba su AUTORIDAD. La propuesta de los profetas podría además insinuar que algunos de ellos se resistían a aceptar el nuevo liderazgo y pensaran para sí: «Asegurémonos primero que Elías realmente ha desaparecido. Reunamos todas las evidencias posibles». Ante tal presión y quizá para evitar que pensaran que él tenía falta de interés y respeto para con su ex-maestro, o que tenía temor de perder su derecho al manto si ellos lo encontraran, finalmente accedió, y dijo: «¡Que vayan!» (NBE).

La segunda amenaza era con LA COMODIDAD. Era acostumbrarse y adaptarse del “estilo eliano” al estilos “eliseano”. Es sumamente evidente que cuando una iglesia ha generado una cultura del hacer y por sobre todo es cómoda, sin demandas, sin exigencias, sin transformación de vida, ni testimonio entonces cuando viene el cambo habrá un deseo de mantener ese estatus de comodidad.

La tercera amenaza era con la ESTERILIDAD. Es obvio que Elías había formado su escuela de profetas y había habido fruto pero en este proceso de transición entre Elías y Eliseo los hijos de los profetas era espectadores. Cuántas veces habían intentado desanimar a Eliseo haciéndole ver que Elías se iría. En vez de buscar ellos la unción, solamente son espectadores del mover de Dios en Eliseo. Pero hay otra evidencia de su esterilidad y la pérdida de tiempo y recursos en cosas tontas e inútiles y sin trascendencia. Note que la búsqueda se extendió por tres días pero fue infructuosa: «No lo hallaron» (2 Re 2.17). Existe un atractivo paralelo entre este pasaje y los relatos tocantes a Enoc en Génesis 5.2117 y Hebreos 11.5. Allí nos dice que Enoc «no fue hallado, porque lo traspasó Dios». Recorrieron montes y valles pero todo fue en vano. Cincuenta hombres perdieron tres días cada uno, o sea un total de ciento cincuenta días. ¡Cuántas veces perdemos tiempo inútilmente por falta de discernimiento espiritual, o por no querer aceptar las circunstancias que Dios nos ha impuesto! Recorrer montes y valles jamás nos llevará al encuentro de Elías, pero sí lo podremos lograr si imitamos su celo y su fe. Al regresar a Jericó con las evidencias de cansancio y fracaso en sus rostros, Eliseo les preguntó: «¿No os dije yo que no fuerais?» (v.18). Esta circunstancia sirvió para reforzar aún más la autoridad de Eliseo para con la comunidad de los profetas. A nosotros, este incidente nos presenta dos valiosas lecciones. La primera es que una vez cambia de modelo nos uniremos a él alegres o frustrados. La segunda es que su nuevo modelo estará siempre respaldado por Su autoridad y además evidenciada en los hechos. ¿Así porque seguir de necios buscando un modelo que ya caducó?

¿Como batallamos las tres amenazas?

En cuanto a la AUTORIDAD, haga lo que Eliseo hizo. Use su autoridad y seguridad que Dios le ha dado. Puede observar que les dice Eliseo: “No enviéis”. No discuta, no afirme su poder sobre otros,, deje que Dios le de la razón. Si está en el modelo de Dios, entonces Dios les callará a los que todavía no han aceptado su autoridad. No se desgaste luchando porque le crean. Entiéndalo Dios le hará e favor de callarle la boca a los que dudan de usted. En cuanto a la COMODIDAD sea tolerante note que el fue presionado tanto que le dijo: “Enviad”. Eso significa que los dejó que descubrieran por sí mismos lo absurdo de su estado de comodidad. Luego de tres día se darían cuenta que Elías ya no está y que tienen que volver a la realidad del nuevo mover de Dios. Dios mismo se encargará de desgastarlos y cansarlos con sus agendas intrascendentes y estériles. Note que el pasaje dice “cuando volvieron a Eliseo”. Siempre regresarán y debe prepararse para reafirmar su autoridad. En cuanto a la ESTERILIDAD, deberá hacer lo que hizo Eliseo quédese donde hay necesidad, quédese en Jericó una ciudad necesitada. Descubra una necesidad, luego oiga la gente necesitada y finalmente sea productivo solucionando cosas más importantes que andar siguiendo gente que todavía está aferrada a Elías. Vea para adelante y no para atrás. Si la gente sigue sin producir usted produzca y métase con Dios en los lugares donde habrá mayor necesidad.

Los desafíos de la Iglesia ante las nuevas generaciones en su mayor parte tienen que ver con revisión y renovación de estructuras, modelos y esquemas.

No estoy diciendo que el preservar y guardar  la consistencia de la palabra no sea importante, si lo es, y debemos de ponerla en primer lugar; pero si no hay una reforma en las estructuras de la Iglesia, la palabra será papel colgado en cuadros dorados en las paredes de nuevos museos, que un día atrás, fueron iglesias.

Discipuladores o policías?

th¡Cada viernes nos reunimos y me pide que le cuente todos los detalles de la semana!-Decía un hermano  al referirse al líder de discipulado de su iglesia.-

En la vida hay conductas abusivas, irrespetuosas, manipuladoras y tóxicas.  Lo peligroso es cuando se filtran en la iglesia bajo el concepto humanista de «es bíblico»   En los últimos tiempos se ha desarrollado dentro de las iglesias evangélicas, la famosa estrategia del rendimiento de cuentas, originada de  una débil exégesis en el texto bíblico y más bajo la influencia de movimientos como el G12, los cuáles en una cadena de mando al estilo militar, los bajo cobertura deben de reportar y solicitar autorización del ungido o ungida del Señor.  Según Sixto Porras, Director regional de Enfoque a la Familia,  refiriéndose al espacio donde la conducta humana responde al cambio iniciado por el Espíritu, violenta el respeto a la individualidad.  ¿Quién convence de pecado? ¿Quién genera los cambios en la conducta humana? ¿Qué papel juega la palabra de Dios, el mover del Espíritu,  ante la estrategia del «rendimiento de cuentas»?

No será que nos estamos saltando principios como el respeto, la paciencia y el amor, bajo un sombrío y disfrazada tendencia a la manipulación.?

El pastor Romeo Guevara, sobre el tema  escribe:

La manipulación en las iglesia es una realidad que muchos hemos observado pero poco se ha analizado.

  En sentido literal, según el Diccionario de la Real Academia, «manipular» significa «operar con las manos o con cualquier instrumento» (¿algo así como «manosear»?). En su sentido que nos interesa, se define como «acto de intervenir con medios hábiles y, a veces, arteros en la política, en el mercado, en la información, etcétera, con distorsión de la verdad o la justicia y al servicio de intereses particulares».

 Manipular es jugar con el pensamiento, sentimiento y conducta de otras personas.

Un buen punto de partida puede ser un análisis psicológico del fenómeno de la sugestión. Aquí el sentido de «sugestionar» que nos interesa es el proceso psicológico mediante el cual una  persona busca dominar la voluntad de alguien, llevándolo a pensar o actuar de determinada manera (Real Academia; Wikipedia).

Según La guía de psicología, «la sugestión es un estado psíquico provocado, en el cual el individuo experimenta las sensaciones e ideas que le son sugeridas y deja de experimentar las que se le indica que no sienta».  Las formas extremas de la sugestión son el hipnotismo y el lavado de cerebro.

 Cuando uno se despierta a estas realidades, comienza a ver que en las iglesias también se practica sugestión, métodos de propaganda y técnicas hipnotizantes. Muy generalizada en nuestros días es la teología de la sumisión incondicional, una teología de la autoridad absoluta (del apóstol, profeta o pastor) que condena y prohíbe toda crítica. Es un autoritarismo a ultranza más cercano a la curia romana que al Nuevo Testamento. Produce lideres que son dictadores, que pretenden controlar toda la vida de los creyentes. Para enamorarse, casarse, comenzar un plan de estudios (o dejarlo), aceptar un empleo (o rechazarlo o renunciar a él), para todo se necesita el visto bueno del soberano pastor (apóstol, profeta).

Nuestra sociedad actual, en su tránsito de la modernidad a la postmodernidad, vive una profunda crisis de la autoridad. Se reconoce cada vez menos la autoridad extrínseca, por el puesto o el título que uno ostenta. En el futuro, los líderes tendrán que ganar cada vez más una autoridad intrínseca, por lo que realmente son, su pensamiento y sus acciones.

Pensar con cabeza propia es a veces arriesgado e incómodo, por lo que, en la confusión de los cambios rápidos de nuestra época, muchas personas buscan la seguridad en autoridades que piensen por ellos. Pero eso no es sano y no es la voluntad del Señor. El autoritarismo no ofrece ningún futuro

Tengo una amiga…

maltrato a la mujeerMi relación con ella comenzó hace unos veinticinco años atrás, y al pasar el tiempo la he conocido mejor.  En los últimos años he llegado a comprobar que   ha sido  abusada, engañada, manoseada, controlada, extorsionada y manipulada.  La mayoría de sus amantes se han aprovechado de ella dejándola pobre y descolorida.  Algunos la han querido reanimar maquillándola y vistiéndola con colores, luces y una que otra técnica del momento.  Ella tiene esposo y  sabe la manera como la han tratado, un día él regresará y buscará también a sus amantes para arreglar cuentas.

Mi amiga es la Iglesia del señor

He visto como sus amantes  esperan que responda al ritmo estratégico de la bolsa de valores, a los movimientos de los gurú de la planificación estratégica estilo de Idalberto Chiavenato, y a lo mágico y novedoso Mister Maker. Estoy seguro que lo que  necesita son dos elementos que ya han dejado de ser atractivos, los mismos que la caracterizaron cuando ella nació: Palabra y oración.

Sus amantes le han hecho creer que el silbo apacible no sirve de mucho , la montaña, el retiro, el silencio son practicas que no le permiten competir con el movimiento de las grandes transnacionales de: 30 minutos o gratis.  ¡¡¡Oh querida amiga: Lo que más necesitas no es el red bull energizante que te vuelva activa, sino la quietud, sencillez y humildad,  cualidades donde el poder de tu esposo puede obrar. Cuánto necesitas que tu esposo regrese ya!!!

El pastor Romeo Guevara habla  de ella de la siguiente manera:

A todos nosotros nos gustaría que la Iglesia fuese joven, fuerte, vigorosa, audaz, imaginativa, primaveral, atractiva… pero la encontramos cansada, agobiada, silenciosa, como temerosa, casi muda. Nos parece vieja, anciana, a veces casi tememos que tenga Alzheimer: recuerda el pasado, lo repite, pero parece que el presente se le escapa, es casi miope para comprender las nuevas luces que brillan y que exigen respuesta. Otras veces nos parece sorda, no escucha los gritos y el vocerío de un mundo agitado y turbulento.

Los jóvenes la abandonan hastiados de ver su estado deplorable, tan callado, tan pasivo, tan torpe, tan poco acogedor. Otros la atacan violentamente, la hieren, incluso anuncian su muerte próxima: “es cuestión de tiempo, es del pasado, es una reliquia anacrónica, es un objeto de anticuario”. Otros la quieren rejuvenecer con técnicas artificiales, antioxidantes, antiarrugas. Pero ella no se deja. Otros la ven sucia, manchada, descuidada, abandonada, desatendida, como si nadie la cuidara e intentan auxiliarla con cariño, es tan vieja la pobre…

Pero ella calla, medita en su interior, recuerda años pasados, cuando era joven y pobre, cuando la persiguieron, cuando la coronaron como reina y maestra, cuando la unieron a príncipes y reyes, cuando todos se proclamaban hijos suyos. Y ella sonríe, pues ella siempre quiso ser como al comienzo, fiel al Espíritu, sencilla, pobre, nazarena, transparente, abierta a todos, fecunda, libre, evangélica, como su Esposo el Señor. Agradece siempre a sus hijos que la quisieron volver a sus orígenes, a sus hijos fieles, que no buscaban su propio provecho sino el del Señor.

Ella es sabia, llena de experiencia, experta en humanidad, sabe que en la vida hay primaveras y también inviernos, ahora es invierno. Muchos se alejan de ella escandalizados, pero ella sabe que luego del invierno viene la primavera, tiene buena memoria. No tiene miedo, vendrán tiempos mejores, habrá hijos proféticos y audaces que le devolverán el brillo evangélico de sus comienzos, la harán pobre, evangélica y pascual. Ella tiene paciencia, espera, no se desanima, el Señor, su Esposo está ausente, pero volverá y mientras tanto posee la presencia vivificante de su Espíritu.

Ella es muy antigua, tiene siglos de historia, viene desde Adán, desde Abel, como los viejos Santos Padres lo intuyeron y por eso la llamaron “anciana”. Pasan los imperios, caen reyes y dictadores, pero ella sigue firme, callada, con paso lento, caminando hacia un fin sin ocaso. Espera siempre, sabe que el Señor habló de semillas pequeñas pero que crecen, de un poco levadura pero que fermenta la masa, sabe también que hay cizaña con el trigo, por eso no quiere arrancarlo, pues todas las veces que su hijos lo intentaron hacer inquisitorialmente, fue un fracaso. Prefiere usar misericordia, paciencia, comprensión, perdón e indulgencia, más que excomulgar y lanzar anatemas…

No quiere presionar, no quiere forzar nada como algunos desearían, no pretende ser cada vez más numerosa y fuerte, no desea ser poderosa y rica, pues los que lo intentaron la arruinaron. No pretende saberlo todo, no quiere dar normas a todos, como algunos hicieron en otros tiempos y desean que siga haciendo ahora. Ella prefiere dialogar, pero muchos de sus hijos tienen miedo al diálogo. Los tiempos han cambiado, ella prefiere callar, ofrecer el agua pura de su verdad como las fuentes de los pueblos que ofrecen agua al sediento, sin obligar a nadie a beber. Quiere abrir ventanas, sacudir polvo de emperadores y reinos pasado, quiere respirar aires nuevos y oxigenantes aunque sea anciana, pero muchos le cierran presurosos las ventanas, “no sea que la anciana se resfríe”…

Aunque nos parece callada, muda, sorda en el fondo está escuchando una voz interior que le susurra palabras de vida eterna. Cuando nos parece ciega, en realidad tiene los ojos entornados hacia dentro, hacia el Señor, su Esposo que le da fuerza, le da su Espíritu para que no se desanime, no decaiga, no pierda la esperanza, para que aprenda a vivir nuevos tiempos. Todavía le queda un camino largo por recorrer, como sucedió al viejo y cansado Elías en el desierto.

Aunque nos parezca que tiene Alzheimer, en realidad lo que busca es que la cuidemos, como un esposo que cuida con cariño a su esposa enferma, que la queramos, que la atendamos, que reflexionemos sobre lo que hemos hecho con ella, por qué la hemos dejado en esta situación, por qué la hemos abandonado buscando otras ideologías, otras religiones, otras cosmovisiones, otras espiritualidades, más atrayentes y seductoras, que nos llenen más o que quizás no nos cuestionen tanto. ¿Quién es el causante de que la Iglesia esté así hoy?. ¿Quién es el culpable de que la Iglesia de hoy aparezca tan sucia y cochambrosa?. ¿Quién le ha arrebatado sus joyas para lucir con ellas?. ¿Quiénes han querido adueñarse de ella, utilizarla, manipularla, decir que ellos “son” la Iglesia, que la representan y hablan en su nombre?. El que esté limpio de culpa que lance la primera piedra, comenzando por los más viejos…

Esta anciana Iglesia atraviesa fases como la luna, como ya lo dijeron también algunos Santos Padres. Hay momentos menguantes, de oscuridad, de eclipse: ahora estamos en uno de ellos. Pero llegarán momentos de claridad y de luz creciente. Ella brilla con la luz del Sol que es el Señor, no con luz propia. Hay que esperar, tener paciencia.

A esta anciana la visitan los pobres, los niños, mujeres fieles, gente insignificante, que no le temen, que la quieren, le llevan flores, que saben que su corazón está vivo y alegre, que aunque sea anciana es fecunda. Se sienten bien con ella, aunque hable poco o calle, escuchan su silencio como una música blanca, saben que su corazón es tierno y joven, misericordioso, que les comprende, que les quiere. Ella se lo agradece, sonríe y les acaricia con cariño maternal sus manos.

No la visitan muchos ilustrados, no recibe visitas de personas importantes y poderosas, que ya no pueden sacar provecho de ella, ya la han exprimido todo lo posible, ya han abusado de ella, ahora ya no sirve, es basura, un vejestorio. Son todos aquellos que con la excusa de servirla se han servido de ella para sus intereses, “en su nombre”. Y así la han dejado, desprestigiada, con pésima fama. Han utilizado su nombre, han invocado la civilización cristiana para enriquecerse ellos, ahora ya no les sirve esta vieja anciana achacosa.

Otros afirman que aceptan a Jesús, su Esposo pero no a la vieja y caduca Iglesia, como si el Espíritu de Jesús no animase el cuerpo de la Iglesia… La anciana Iglesia lo sabe, le duele en el alma esta preterición, pues a la larga nadie podrá ir a Jesús si no pasa por ella, nadie la podrá separar de su Esposo. Es tentación, es orgullo. Pero ella calla y espera, un día tal vez se den cuenta y vuelvan a ella, la anciana y vieja Iglesia. Ella tiene un gran tesoro para comunicar a la humanidad: se llama Jesús de Nazaret, muerto y resucitado por nuestro bien, para que tengamos vida en abundancia. Ella lo entrega generosa a los que acuden a ella con simplicidad de corazón, aunque sea anciana o precisamente porque lo es.

Un día el Señor regresará y enjoyará a su Esposa fiel con luz resplandeciente y vestidos nuevos, la Iglesia volverá a ser joven y hermosa y Él le agradecerá el haber tenido tanta paciencia y tanta fortaleza durante tantos años, por haber sido la anciana Iglesia callada y medio sorda, con un Alzheimer que parecía incurable pero que en realidad era sólo un momento de debilidad, una fase pasajera de la anciana Iglesia, siempre joven por la fuerza del Espíritu. Pero hasta que llegue este día, ¿hay alguien que quiera cuidar a esta anciana llamada Iglesia?.