El día de ayer iniciamos los conversatorios en la semana dedicada a la Misión de Dios. Este año el comité de misiones está llevándonos a reflexionar en los conceptos: Misión y cambio. La audiencia invitada el día de ayer, fue una parte del liderazgo de la Iglesia, y el invitado al primer tema, fue el Pastor German Castro. El tema fue: Iglesia Generacional. Aquella que tiene su enfoque en el futuro sobre el buen fundamento del pasado. Algunas de las advertencias fueron: 1. Toda tierra es buena si se prepara bien (No desechar a los jovenes y a los viejos). 2. Solo cosechamos lo que sembramos. (Si sembramos maleza, cosecharemos maleza) 3. Atrévase a podar. (Identificar las piedras que no permiten que las raices crezcan). 4. Siempre espere más y mejor fruto.( Prepare un lagar grande donde recoger el fruto).
Personalmente quisiera enfatizar en dos principios:
Primero: La iglesia de hoy (los viejos) (estructura)(liderazgo) necesita responder a los desafíos de las nuevas generaciones. Segundo: asimismo el Espíritu Santo siempre ha obrado en las transiciones generacionales. Tercero: Si la Iglesia no revisa su estructura, modelos y esquemas, serán futuros museos arqueológicos al estilo europeo.
El Espíritu Santo obra en medio de los cambios generacionales
No olvidemos que Dios siempre tiene respuestas para nuestras necesidades. Su palabra nos demuestra cómo Él se ha enfrentado a problemas de «transición generacional» en el pasado, y lo puede hacer en el presente.
El capítulo dos de Hechos nos muestra a un pueblo cuyas generaciones posteriores tenían otra lengua materna, «Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo… y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua» (Hech. 2:5-6). El Espíritu Santo tomó la oportunidad en ese día para demostrar el poder de Dios; y ese mismo Espíritu Santo está listo para tomar la oportunidad en nuestro día para demostrar su poder en nuestro medio.
Dios seguirá su plan de Generación en generación
Un vistazo a través de la Biblia nos da un panorama amplio de la provisión divina en relación con la «transición generacional». Dios llama a Abraham y le promete dar a su descendencia, las generaciones posteriores, la tierra de Canaán (Gén. 12:7), y Dios empieza a cumplir su promesa dándole un hijo (segunda generación) en su vejez (Gén. 21:5). Unos años después, Abraham experimenta a Jehová-jireh, un Dios que provee. Dios proveyendo para la preservación de esa segunda generación.
El Dios que se revela en la escritura es «Dios de Abraham, de Isaac, y de Jacob», «Dios de la segunda y tercera generación», es una frase que se repite, con frecuencia, en la Biblia (cp. Ex. 3:6, 3:15, 6:3, Mat. 22:32, Hech. 7:32). Aún cuando las generaciones se han olvidado de Él, Dios encuentra la forma de rescatarlas y hacerlas suyas de nuevo. El libro de los Jueces es un ejemplo de esto, así como también la secuencia de los Reyes, el ministerio de los profetas; y aun nosotros somos incluidos como hijos de Abraham (Gál. 3:7). Este es el resultado de Jehová-jireh «hasta mil generaciones».
Transición Generacional a nivel de liderazgo
«Moisés-Josué
Un hecho que se puede observar a través de la historia bíblica es que Dios siempre tiene un líder para cada generación. Moisés es ejemplo de un líder que fue instrumento idóneo para milagros portentosos de Dios: las plagas sobre Egipto, el cruce del Mar Rojo, el agua brotando de la roca, etc. Moisés es el único hombre del que la Biblia dice que Dios hablaba con él «cara a cara, como habla cualquiera a su compañero» (Ex. 33:11).
Sencillamente, el liderazgo de Moisés es tan notable que creemos que, personas como él, son indispensables y no hay forma ni ser humano que pueda reemplazarlos. Pero la verdad es que no son ellos, ¡ES DIOS! Dios se acerca y habla a Josué y le dice «Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel» (Jos. 1:2). Con el llamado viene la promesa, «Nadie te podrá hacer frenteen todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé» (Jos. 1:5, 8,9). Ahora vemos a Josué en el lugar de Moisés. En obediencia al Señor, lo vemos abriendo las aguas del Río Jordán, derribando los muros de Jericó, deteniendo el sol. No hay duda alguna de que la transición del liderazgo de la generación de Moisés había pasado a la generación de Josué.
Transición Generacional a nivel de modelos de ministerio
«Elías-Eliseo»
Una de las cosas comunes en las iglesias históricas es que les cuesta adaptarse a nuevos modelos de ministerios. La Gloria del pasado se vuelve en un ferviente anhelo de vivirlo ahora, incluyendo la estructura, modelos y esquemas y por ahí un viejo pastor.
Sobre lo difícil que es abandonar un modelo ministerial del pasado, el pastor Romero Guevara escribe:
Estaba leyendo cuando Elías es trasladado por Dios y lo que nos cuesta aceptar que un modelo ya pasó y que Dios se lo llevó. La comunidad de profetas de Jericó reconoció la investidura de Eliseo, y al ver el manto de Elías en su mano, supieron que algo le había ocurrido a Elías. Sin embargo, les resultaba difícil tener que aceptar el hecho de no verlo más. Después de tantos años de seguir su liderazgo, la personalidad de Elías estaría arraigada de tal modo en sus corazones que no les permitía reconciliarse con el hecho de que su partida era algo definitivo.
Lo primero que le dijeron a Eliseo, su nuevo líder, estaba relacionado, sin duda por razones melancólicas, con la persona de Elías. «Aquí hay entre tus siervos cincuenta hombres fuertes. Deja que vayan y busquen a tu señor ahora; quizá lo ha levantado el Espíritu de Jehová y lo ha arrojado en algún monte o en algún valle» (v.16).
En estas palabras detectamos tres indicios que señalan falta de discernimiento espiritual por parte de los jóvenes profetas. Y que son semejantes a las personas que les cuesta dejar sus esquemas cuando Dios los ha roto.
En primer indicio yo lo llamo RESISTENCIA, note que ellos mismos habían testificado que Jehová habría de quitar a Elías ese día (v.15) y sin embargo, ahora procuraban volver a encontrarlo. ¿Porque hay muchas iglesias que ven que ya no funciona el esquema que usan, que saben que Dios está haciendo otras cosas, sin embargo siguen aferrados con resistencia a algo bueno que ya no funciona y que pasó de moda? !Que alguien me lo explique, por favor! En segundo lugar ellos hicieron otra cosa muy peligrosa es ARROGANCIA , la gente arrogante es la que resiste cambiar a pesar que las evidencias lo ponen contra la espada y la pared, así que deciden que ellos pueden mantener el modelo que Dios ya quitó. Cuantas iglesias siguen manteniendo modelos que ya no funcionan en la carne y en sus propias habilidades. Note que estos profetas confiaban en la capacidad de sus mejores hombres, cincuenta varones «fuertes» para organizar la búsqueda y poder encontrarlo.
En tercer lugar IGNORANCIA, Eso es lo que sucede con las personas que se resisten al cambio del Espíritu Santo. Creen que entienden bien, pero poseen una ignorancia espiritual para conocer al Santo Espíritu y su mover en medio del pueblo. Note que ellos demostraron tener un concepto muy mezquino con respecto al Espíritu de Dios. Esta no es por cierto la forma en que el Espíritu del Señor, «el Consolador», procede con los siervos de Dios. No los levanta a cierta altura para luego arrojarlos en algún cerro o valle en forma despectiva. Eliseo les respondió en forma breve: «No enviéis». Bien sabía él que solo sería una pérdida de tiempo y un esfuerzo innecesario y desperdiciado. ¡Buscar a Elías por los montes y valles sería como buscar a Jesús en las tumbas de un cementerio! Sin embargo, ellos insistieron hasta el cansancio. ¿Qué hay detrás de todo este actuar de unos profetas? Lo podemos ver que el nuevo mover los amenazaba, y por eso estaban tratando de aferrarse al esquema de “Elías”.
La primera amenaza era que tocaba su AUTORIDAD. La propuesta de los profetas podría además insinuar que algunos de ellos se resistían a aceptar el nuevo liderazgo y pensaran para sí: «Asegurémonos primero que Elías realmente ha desaparecido. Reunamos todas las evidencias posibles». Ante tal presión y quizá para evitar que pensaran que él tenía falta de interés y respeto para con su ex-maestro, o que tenía temor de perder su derecho al manto si ellos lo encontraran, finalmente accedió, y dijo: «¡Que vayan!» (NBE).
La segunda amenaza era con LA COMODIDAD. Era acostumbrarse y adaptarse del “estilo eliano” al estilos “eliseano”. Es sumamente evidente que cuando una iglesia ha generado una cultura del hacer y por sobre todo es cómoda, sin demandas, sin exigencias, sin transformación de vida, ni testimonio entonces cuando viene el cambo habrá un deseo de mantener ese estatus de comodidad.
La tercera amenaza era con la ESTERILIDAD. Es obvio que Elías había formado su escuela de profetas y había habido fruto pero en este proceso de transición entre Elías y Eliseo los hijos de los profetas era espectadores. Cuántas veces habían intentado desanimar a Eliseo haciéndole ver que Elías se iría. En vez de buscar ellos la unción, solamente son espectadores del mover de Dios en Eliseo. Pero hay otra evidencia de su esterilidad y la pérdida de tiempo y recursos en cosas tontas e inútiles y sin trascendencia. Note que la búsqueda se extendió por tres días pero fue infructuosa: «No lo hallaron» (2 Re 2.17). Existe un atractivo paralelo entre este pasaje y los relatos tocantes a Enoc en Génesis 5.2117 y Hebreos 11.5. Allí nos dice que Enoc «no fue hallado, porque lo traspasó Dios». Recorrieron montes y valles pero todo fue en vano. Cincuenta hombres perdieron tres días cada uno, o sea un total de ciento cincuenta días. ¡Cuántas veces perdemos tiempo inútilmente por falta de discernimiento espiritual, o por no querer aceptar las circunstancias que Dios nos ha impuesto! Recorrer montes y valles jamás nos llevará al encuentro de Elías, pero sí lo podremos lograr si imitamos su celo y su fe. Al regresar a Jericó con las evidencias de cansancio y fracaso en sus rostros, Eliseo les preguntó: «¿No os dije yo que no fuerais?» (v.18). Esta circunstancia sirvió para reforzar aún más la autoridad de Eliseo para con la comunidad de los profetas. A nosotros, este incidente nos presenta dos valiosas lecciones. La primera es que una vez cambia de modelo nos uniremos a él alegres o frustrados. La segunda es que su nuevo modelo estará siempre respaldado por Su autoridad y además evidenciada en los hechos. ¿Así porque seguir de necios buscando un modelo que ya caducó?
¿Como batallamos las tres amenazas?
En cuanto a la AUTORIDAD, haga lo que Eliseo hizo. Use su autoridad y seguridad que Dios le ha dado. Puede observar que les dice Eliseo: “No enviéis”. No discuta, no afirme su poder sobre otros,, deje que Dios le de la razón. Si está en el modelo de Dios, entonces Dios les callará a los que todavía no han aceptado su autoridad. No se desgaste luchando porque le crean. Entiéndalo Dios le hará e favor de callarle la boca a los que dudan de usted. En cuanto a la COMODIDAD sea tolerante note que el fue presionado tanto que le dijo: “Enviad”. Eso significa que los dejó que descubrieran por sí mismos lo absurdo de su estado de comodidad. Luego de tres día se darían cuenta que Elías ya no está y que tienen que volver a la realidad del nuevo mover de Dios. Dios mismo se encargará de desgastarlos y cansarlos con sus agendas intrascendentes y estériles. Note que el pasaje dice “cuando volvieron a Eliseo”. Siempre regresarán y debe prepararse para reafirmar su autoridad. En cuanto a la ESTERILIDAD, deberá hacer lo que hizo Eliseo quédese donde hay necesidad, quédese en Jericó una ciudad necesitada. Descubra una necesidad, luego oiga la gente necesitada y finalmente sea productivo solucionando cosas más importantes que andar siguiendo gente que todavía está aferrada a Elías. Vea para adelante y no para atrás. Si la gente sigue sin producir usted produzca y métase con Dios en los lugares donde habrá mayor necesidad.
Los desafíos de la Iglesia ante las nuevas generaciones en su mayor parte tienen que ver con revisión y renovación de estructuras, modelos y esquemas.
No estoy diciendo que el preservar y guardar la consistencia de la palabra no sea importante, si lo es, y debemos de ponerla en primer lugar; pero si no hay una reforma en las estructuras de la Iglesia, la palabra será papel colgado en cuadros dorados en las paredes de nuevos museos, que un día atrás, fueron iglesias.